En nuestro país, de cada cinco hombres, uno sufre disfunción eréctil, esto es, incapacidad para mantener la erección. Un problema que avergüenza a quienes lo padecen y que provoca que un tercio de ellos no reciba tratamiento hasta pasados tres años. El estrés, la ansiedad, aspectos hormonales, malos hábitos de salud (fumar, beber…) son algunos de los responsables y en la actualidad hay tratamientos para hacerle frente. No obstante, hay casos en los que las terapias y cambios de hábitos no dan resultado, por lo que la comunidad científica comenzó a plantearse la posibilidad de que exista un componente genético que implique un mayor riesgo de sufrir este trastorno.
Por este motivo, equipos de las universidades de California, Washington y Salt Lake City, (EE.UU) han llevado a cabo una investigación de la que se desprende la primera evidencia de ese posible vínculo entre factores genéticos y este problema sexual masculino.
El trabajo, publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences PNAS.

Los científicos realizaron un estudio con 36.600 individuos y revisaron los datos de estudios previos que involucraban a otros 200.000 varones. De dicho trabajo se desprende que, al menos un tercio de los casos de disfunción eréctil podrían estar vinculados a un riesgo genético previo.
Descubrieron la existencia de lo que se conoce como un locus genético en el cromosoma 6 (una posición fija en un cromosoma que tiene una secuencia de ADN o un gen), que influye sobre el gen llamado SIM1 potenciando su actividad. SIM1 es un factor de transcripción implicado en una ruta de señalización que controla la homeostasis del peso corporal y de la función sexual, y variaciones en el ADN de dicho locus genético se vieron asociadas a la disfunción eréctil, pero no a la homeostasis del peso corporal, lo que sugiere que es un mecanismo específico de la función sexual.
Los resultados del estudio revelaron que quienes presentan variaciones en este locus genético pueden tener un riesgo hasta un 26% mayor de sufrir disfunción eréctil, al margen de otros factores de riesgo ya conocidos.
La directora técnica de Biobooklab nos explica que “La disfunción eréctil puede afectar a todos los hombres a lo largo de su vida, hasta ahora se sabe que la causa puede ser el estrés o ansiedad, otras enfermedades, el alcohol o drogas, e incluso algunos fármacos, gracias a este estudio ahora podemos confirmar que tiene una base genética en muchos casos. Este nuevo hallazgo abre nuevas puertas en la búsqueda de tratamientos para la disfunción eréctil, sobre todo en esos casos en los que las terapias de hoy en día no hacen efecto alguno”, explica la directora técnica de BobookLab.
Así, este trabajo destaca el potencial de SIM1 como diana para poder desarrollar nuevos tratamientos. Algo muy útil teniendo en cuenta que hay un porcentaje de varones que no responden a los tratamientos actuales.