Sabemos que entender el ADN y todo el mundo que gira entorno al mismo es complicado y puede ser un gran desconocido para muchos. De ahí que cada día surjan preguntas, cuanto menos curiosas, que hemos decidido recopilar porque nos las han hecho en nuestro entorno cercano o bien en conferencias y talleres.
Son preguntas frecuentes sobre ADN que tratamos de explicar a continuación de manera sencilla. Así que… ¡allá vamos!

¿Para qué sirve?
El ADN almacena la información genética de cada persona, es decir, las instrucciones de cómo somos físicamente y que regulan cómo nos desarrollamos, sobrevivimos y producimos descendencia. Para ello, las células de nuestro cuerpo son capaces de leer y traducir ese mensaje que contiene el ADN mediante unas moléculas llamadas “proteínas”. Estas proteínas son las moléculas responsables de formar en su mayoría la estructura de nuestro cuerpo y de hacer la mayor parte de trabajo en nuestro cuerpo.
Las secuencias del ADN que contienen las instrucciones para elaborar una proteína se conocen con el nombre de “genes”, aunque en el ADN encontramos también otro tipo de secuencias que son las instrucciones encargadas de regular cuándo, cómo y en qué cantidad se elaboran estas proteínas.
Además, y un dato muy importante, es que se transmite de padres a hijos, por lo que nosotros somos como somos y funcionamos de determinada manera gracias a nuestros padres.
¿Dónde está? ¿Cuánta cantidad tenemos? ¿Cuánto ocupa?
Como hemos explicado anteriormente el ADN funciona como un almacén de información que contiene el mensaje necesario para que se construya y funcione nuestro organismo. Con lo cual, nos podemos hacer una idea de que la cantidad de instrucciones que necesitamos tener en el ADN para desarrollarnos correctamente es muy extensa.
En el caso de los seres humanos, la colección completa del mismo a lo que llamamos “genoma humano”, se localiza íntegramente en cada una de nuestras células, concretamente en el núcleo. El ADN humano consta de más 3 mil millones de bases o siguiendo el símil, “letras” (adenina, citosina, guanina y timina) que si se colocan seguidas una detrás de otra ocuparía dos metros de distancia. Si multiplicamos los 2 metros de ADN por el número de células que tienen un cuerpo humano, cubriríamos la distancia de la Tierra a la Luna 7.000 veces.
Debido a que las células son muy pequeñas, estos dos metros de ADN, tienen que ser empaquetados de forma muy compacta y precisa. Esta forma superempaquetada del ADN es lo que se denomina “cromosoma”, y como ya hemos explicado en un post «Qué es la herencia genética«, nuestro ADN se organiza en 23 pares de cromosomas.
¿Es igual en todas las células del cuerpo? ¿Todas las células de nuestro cuerpo lo tienen?
Es el mismo en todas las células de nuestro cuerpo, es decir, cada una de nuestras células contiene las mismas instrucciones genéticas, con la excepción de los glóbulos rojos porque son células que no tienen núcleo. Esto puede causar bastante confusión ya que el cuerpo humano tiene trillones de células que se organizan en tejidos, músculos, huesos y piel, que visualmente y funcionalmente son muy diferentes. Esto acurre porque cada célula lee y utiliza solamente la parte que necesita del manual de instrucciones.
Una vez explicado esto, preguntas como ¿para hacerme un análisis es mejor una muestra de sangre o una muestra de mucosa bucal? se responde sola. Todas las células de nuestro cuerpo tienen la misma secuencia de ADN, por lo tanto a priori cualquier análisis genético se podría hacer con cualquier muestra biológica.
¿Puede cambiar? ¿Se puede modificar por medio de alguna sustancia?
Una de las preguntas frecuentes que nos encontramos en nuestro día a día es si a lo largo de nuestra vida el ADN puede cambiar. Pues bien, hay que aclarar que NO cambia en ningún momento, es el mismo desde que nacemos hasta que morimos.
Lo que sí que cambia es la forma que tienen nuestras células de leer e interpretar este libro de instrucciones en las distintas etapas de nuestra vida (niñez, adolescencia, madurez o vejez) y ante distintas situaciones, necesidades y factores ambientales (mientras duermes o mientras comes tu cuerpo funciona de distinta manera).
Pero si es verdad que hay que tener cuidado con factores ambientales como el tabaco, los rayos ultravioleta o los compuestos químicos, ya que pueden modificar algunas partes en células puntuales y provocar patologías y enfermedades como ocurre con el sol en el cáncer de piel.
Esperamos haber sido de ayuda. Si tienes más preguntas o dudas, puedes escribirnos a info@biobook.es o dejar un comentario en el post 😉