En el fascinante mundo de la biología, uno de los procesos más sorprendentes y complejos es la transmisión del impulso nervioso.
Nuestro sistema nervioso es responsable de coordinar y controlar todas las funciones de nuestro cuerpo, desde el movimiento de nuestros músculos hasta la percepción de los estímulos del entorno.
Pero, ¿cómo se logra esta comunicación entre las células nerviosas? En este contenido, exploraremos de manera concisa y clara cómo se transmite el impulso nervioso, desde su inicio en una célula nerviosa hasta su llegada a su destino final.
Acompáñanos en este fascinante viaje por el mundo de la neurobiología y descubre las maravillas de la transmisión del impulso nervioso.
Impulso nervioso: una señal eléctrica vital
El impulso nervioso es una señal eléctrica vital que se genera en el sistema nervioso y que permite la comunicación entre las diferentes células nerviosas.
Este proceso es fundamental para el correcto funcionamiento del organismo, ya que permite la transmisión de información y la coordinación de las diferentes funciones del cuerpo.
El impulso nervioso se produce gracias a la existencia de una diferencia de carga eléctrica entre el interior y el exterior de las células nerviosas.
Esta diferencia de carga se debe a la presencia de iones en el interior y en el exterior de la célula.
En condiciones de reposo, la célula presenta una carga negativa en su interior y una carga positiva en su exterior.
Cuando se produce un estímulo, ya sea interno o externo, se produce un cambio en la permeabilidad de la membrana de la célula nerviosa, lo que permite el flujo de iones a través de ella.
Este cambio en la permeabilidad de la membrana da lugar a la generación de un potencial de acción, que es una variación rápida y transitoria de la diferencia de carga eléctrica entre el interior y el exterior de la célula.
El potencial de acción se propaga a lo largo de la célula nerviosa mediante un proceso denominado conducción saltatoria.
Esto significa que el impulso nervioso salta de un nodo de Ranvier al siguiente, lo que permite una transmisión más rápida y eficiente de la señal.
Además, la velocidad de conducción del impulso nervioso puede variar dependiendo de diferentes factores, como el diámetro de la fibra nerviosa o la presencia de mielina.
Una vez que el impulso nervioso ha alcanzado la terminación de la célula nerviosa, se produce la liberación de neurotransmisores, que son sustancias químicas encargadas de transmitir la señal eléctrica a la siguiente célula.
Estos neurotransmisores se unen a receptores específicos en la membrana de la célula receptora, lo que desencadena una respuesta específica en dicha célula.
Sistema de impulso nervioso
El sistema de impulso nervioso es un sistema complejo que se encarga de transmitir señales eléctricas y químicas a lo largo del cuerpo humano.
Está compuesto por el sistema nervioso central (SNC) y el sistema nervioso periférico (SNP).
El SNC está formado por el encéfalo y la médula espinal.
El encéfalo es la parte del sistema nervioso que se encuentra dentro del cráneo y está compuesto por el cerebro, el cerebelo y el tronco del encéfalo.
La médula espinal, por su parte, es una estructura cilíndrica que se encuentra en la columna vertebral y se encarga de transmitir señales entre el cerebro y el resto del cuerpo.
El SNP, por otro lado, está compuesto por los nervios y ganglios nerviosos que se extienden desde el SNC hacia todas las partes del cuerpo.
Los nervios son como cables que transmiten las señales nerviosas, mientras que los ganglios nerviosos son agrupaciones de células nerviosas que funcionan como centros de procesamiento y control.
La transmisión de las señales nerviosas se lleva a cabo mediante dos tipos de células: las neuronas y las células gliales.
Las neuronas son las células especializadas en la transmisión de las señales eléctricas, mientras que las células gliales desempeñan funciones de soporte y protección para las neuronas.
Cuando una señal nerviosa es generada en una neurona, se propaga a través de la célula en forma de un impulso eléctrico.
Este impulso se transmite de una neurona a otra a través de las sinapsis, que son conexiones especializadas entre las neuronas.
En la sinapsis, el impulso eléctrico se convierte en una señal química, que luego es transmitida a la siguiente neurona.
El sistema de impulso nervioso es responsable de controlar y coordinar todas las funciones del cuerpo, desde los movimientos musculares hasta la percepción de los sentidos.
Además, también está involucrado en funciones más complejas como el pensamiento, la memoria y las emociones.
4 etapas del impulso nervioso
El impulso nervioso es la transmisión de señales eléctricas a lo largo de las células nerviosas, también conocidas como neuronas.
Estas señales son fundamentales para el funcionamiento del sistema nervioso y permiten la comunicación entre diferentes partes del cuerpo.
A continuación, se describen las 4 etapas del impulso nervioso:
1.
Polarización en reposo: En esta etapa, la membrana de la célula nerviosa se encuentra en un estado de reposo o inactividad.
En este estado, el interior de la célula tiene una carga negativa en comparación con el exterior, debido a la distribución desigual de iones a través de la membrana.
Esta diferencia de carga eléctrica se conoce como potencial de reposo y se mide en milivoltios (mV).
2.
Despolarización: Cuando un estímulo llega a la neurona, se produce un cambio en el potencial de reposo.
Las compuertas de los canales de sodio se abren y los iones de sodio (Na+) ingresan rápidamente a la célula, lo que provoca una inversión en la carga eléctrica.
En esta etapa, la membrana se despolariza y el interior de la célula se vuelve positivo en relación con el exterior.
3.
Repolarización: Después de la despolarización, los canales de sodio se cierran y los canales de potasio (K+) se abren.
Esto permite la salida rápida de los iones de potasio, lo que hace que el interior de la célula vuelva a tener una carga negativa.
En esta etapa, la membrana se repolariza y se restablece el potencial de reposo.
4.
Hiperpolarización: Después de la repolarización, algunos canales de potasio permanecen abiertos por un corto período de tiempo adicional, lo que provoca una salida excesiva de iones de potasio.
Esto hace que el interior de la célula se vuelva aún más negativo de lo normal, lo que se conoce como hiperpolarización.
Durante esta etapa, la neurona se vuelve temporalmente menos sensible a nuevos estímulos.
Estas 4 etapas son fundamentales para la transmisión del impulso nervioso a lo largo de las neuronas.
El impulso se propaga de forma continua a medida que se repiten estas etapas en diferentes regiones de la célula nerviosa.
¡Descubre más sobre el apasionante mundo neuronal!