El desarrollo de la enfermedad de Alzheimer es lento y progresivo que comienza con pequeñas pérdidas de memoria y afectación del lenguaje. Con el tiempo los síntomas empeoran ya afectan al habla, a la lectura, a las actividades comunes diarias y al reconocimiento de las personas.
Esta patología puede aparecer de manera temprana, esto es, a partir de los 40 años. En estos casos existe un componente genético muy importante: mutaciones en el gen de la proteína precursora de amiloide (APP) o de genes de la proteína presenilina (PSEN1, PSEN2) provocan un desarrollo temprano de la enfermedad.
Por otro lado, la enfermedad también puede tener una aparición tardía, a partir de los 60 años, que es la más común. En estos casos también existe un componente genético, y es mucho más complejo.
En estos casos, la presencia de la apolopoproteína E4 (APOE4) se ha visto asociada a un mayor riesgo de aparecer la Enfermedad de Alzheimer de aparición tardía.